La Noche de Brujas o Halloween (Jalouín) es una fiesta que se celebra principalmente en Estados Unidos, norte de México, algunas provincias de Canadá, Irlanda y el Reino Unido en la noche del 31 de octubre. La primera documentacion de palabra Halloween es encontrada en un documento del siglo XVI y es una derivación de la expresión inglesa All Hallows' Eve (Víspera de Todos los Santos).
Recuerdo con nostalgia como antes aquí en El Salvador celebrábamos esa fiesta. La noche se plagaba de criaturas extrañas que deambulaban por las calles buscando dulces tesoros, que al compás de cánticos fúnebres se engullían, famélicos, esperando que el alba nunca llegase. Hay de aquel que aceptaba truco en vez de trato, sus puertas se llenaban de asquerosos huevos podridos que representaba su alma mezquina y ruin. Al final de la calle se podían escuchar las carcajadas de los seres fantásticos sacados de las peores pesadillas que hasta al más valiente de los mortales le pondría la piel de gallina.
Zombies, monstruos, hombres lobo, incluso princesas y hadas todos se unían en busca de un buen botín que a la luz de una buena fogata se disfrutaban con historias de terror.
Se empezó a correr la idea de que era una fiesta pagana, satánica, y que celebrarla era, prácticamente, rendirle culto al diablo. Poco a poco se fueron apagando las fogatas, y aquellos dulces tesoros desaparecieron junto a los inocentes monstruos y criaturas de la oscuridad que buscaban un poco de diversión en esa noche mágica de ensueño que solo se daba una vez al año.
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