Le indicaron el camino que debería seguir para llegar a la fiesta donde Mickey había estado. Mickey muy alegre tomo al pie de la letra las indicaciones de estos extraños y se dirigió rumbo al lugar escuchando a lo lejos las risas de los tipos que antes le ayudaron sin darle mucha importancia...
Siguio caminando izquierda, derecha, pensando en qué haría cuando llegara a la fiesta, izquierda, derecha, noto como las casas desaparecían, cada vez más lejos, más oscuro. Al fin llego por donde el pensó que le habían indicado.
Estaba un grupo de jovenes que al verlo lo abordarón y le preguntaron que hacia ahi, que era un lugar prohibido para personas como él, lo empujaron y lo ultrajaron. Mickey se sintió amedrentado por este nuevo grupo y empezó a correr como nunca antes lo había hecho. Con una cadena que tenía una bola de acero uno de los del grupo lo alcanzó y todos empezaron a darle una gran tunda.
Lo encerraron en un barril y comenzaron a darle de golpes. —Al menos ya no me golpean a mí, pensó Mickey. Pasaron toda la noche golpeándolo. Mickey, arrastrandose y esforzandose por llegar a la frontera del dominio de éstos. Era seguido de una chica con un pico tratando de perforarle el abdomen logró cruzar la frontera. Estaba a salvo...La chica al percatarse de que ya no estaba bajo sus dominios se subío sobre Mickey y con gran compasión al ver el cuerpo del chico mayugado y maltratado le dio un enorme beso.
—Esta es tu recompensa. le dijo.
—Oh que bien se siente, dijo mickey. Dame otro para recordarlo bien.
—Es que me duele la espalda le dijo ella, sin animo de ofenderlo.
—Hmmm...Yo se lo que se siente. dijo Mickey
Luego, lo envolvieron completamente con vendas hasta formar un capullo luminoso. Lo arrojaron al mar y con unas cuerdas que brillaban en la eternidad del mar pudo regresar a casa.
EPÍLOGO
Cuando los amigos de Mickey lo vieron flotando en el mar lo rescataron y delicadamente le quitaron los vendajes. De su rostro emanaban mariposas de luz.
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